David Cangrejo, ex gerente de la ESE ‘Carmen Emilia Ospina’ de Neiva, oficializó su campaña a la Cámara y de entrada advirtió de quiénes no quiere sus votos.
Neiva
El nombre del médico David Andrés Cangrejo, oriundo de Colombia, Huila, saltó al escenario político por allá en 2008 cuando llegó al Concejo de Neiva ondeando las banderas del Partido Conservador.
Pero fue en 2016 cuando Cangrejo, por esa época, gerente de la ESE ‘Carmen Emilia Ospina’ resultó involucrado en un escándalo de corrupción del que también hicieron parte varios concejales del municipio, pertenecientes a la Alianza Verde por la que habían llegado, precisamente a luchar contra las viejas prácticas de la clase política.
Tras aclarar su situación jurídica, Cangrejo se alejó de la vida política e incluso salió del país y poco a poco su nombre se fue olvidando entre la comunidad. Sin embargo, en abril de este año, más preparado académicamente regresó y con ganas renovadas de volver a participar en las lides políticas.
El fin de semana lanzó de manera oficial su candidatura a la Cámara de Representantes por el Partido Conservador pero ahora como misionero del movimiento Lazos de Amor Mariano, una organización de carácter privado dedicado a la Virgen María.
Durante el evento, Cangrejo también presentó a su fórmula al Senado de la República, Mauricio Giraldo, también perteneciente a la misma institución, pero de origen conservador.
Cangrejo renovado
El ex gerente de la ESE ‘Carmen Emilia Ospina’ ahora con 38 años de edad, parece ser otro, y afirma que es un hombre renovado, o al menos así se proyecta y así lo dejó claro, comenzando con el discurso que ahora maneja. No carga más joyas que una larga cadena de la que cuelga una imagen de la Virgen María.
Pero Cangrejo también aprovechó para reconocer que en el pasado, sus errores lo pusieron al borde del abismo, al punto de casi perder su familia. Y en ese mea culpa, David Cangrejo sostiene que hay una crisis de valores éticos y de ahí, agrega, se desprende la incredulidad en la clase política. Por eso, advierte, se necesita adelantar un proceso de reinigeniería, un renacer, como él lo llama.
Y ese proceso, dice haber comenzado por él mismo, al decidir de plano, dar un giro a su vida luego de experimentar uno de los episodios más oscuros. “Mi actividad pública se derrumbó cuando terminé en la cárcel, se destruyó mi hogar pero mi esposa luchó por el matrimonio, continué con mi vida profesional, encontré a Lazos de Amor Mariano y ahora mi objetivo es la familia y el servicio a través de la política”, señaló.
En tal sentido, fue luego de entrar a hacer parte del grupo mariano que centra su accionar en la doctrina católica, cuando nació su propuesta para la Cámara de Representantes. “Estamos invitando a reconstruir el país, reconstruir patria, desde la base que son los principios y valores centrados en la familia”, afirmó Cangrejo.
Según él, no está prometiendo nada más que la verdad, dijo que viene por la conquista de almas, no de puestos, pues su bandera es la defensa de los valores y principios.
No todos bienvenidos
Y es precisamente con base en la recuperación de los valores perdidos que Cangrejo basa su discurso en uno muy moralista.
Por eso, no tiene empacho alguno en advertir que no necesita que voten por él los miembros de la comunidad LGTBI, ni los hombres o mujeres pro aborto, mucho menos de feministas o personas a las que les guste la pornografía, entre otras aficiones, no muy santas para su gusto.
En cambio, dijo que una de sus banderas en el Congreso de la República, sería el de la salud. Claro es que es médico, y del tema sabe. Admite que el actual sistema de salud colapsó porque se convirtió en un negocio que debe acabarse.
Pero también cree que los profesionales de la salud necesitan otro trato para que puedan ofrecer un mejor servicio a sus pacientes.
Así las cosas, ese es el David Cangrejo que busca un espacio en la Cámara de Representantes, solo que ahora ondea las banderas de la moral y las buenas costumbres, las mismas que un día quebrantó y lo llevaron a transitar por el valle de las sombras del que salió, según sostiene, siendo un hombre nuevo.