Con el regreso de la congresista Esperanza Andrade, los huilenses esperan que la voz de los huilenses crezca a nivel nacional, aunque no faltan quienes sostienen que no va a pasar nada.
Neiva
Una larga y complicada puja rodeó el regreso de la nuevamente Senadora, Esperanza Andrade Serrano volver al Congreso de la República.
A la congresista le costó muchas lágrimas volver. Pasó noches enteras desvelada, sin contar con las largas horas rezando el Santo Rosario, junto con sus más cercanos, pidiendo al Altísimo que le hiciera el milagrito en el reconteo o que el que la aventajaba en lista conservadora decidiera hacerse a un lado, hasta que por fin pasó.
Más se demoró José Alfredo Marín en renunciar que ella en estar en Bogotá, vestida de negro, posesionándose y jurando ante el presidente del Senado, Efraín Cepeda.
No es secreto que el drama de Andrade comenzó en las pasadas justas electorales cuando pese a que obtuvo más de 64.000 votos no le alcanzó para continuar ocupando su curul y terminó quedándose por fuera.
Pero hoy, el panorama es otro y Esperancita, como muchos la llaman en el Huila, por fin respira tranquila, relajada y de ñapa hace parte nuevamente de la nómina del Senado de la República.
Qué pasará
La noticia en el Huila, por supuesto tiene divididas las opiniones, pues mientras sus amigos y coequiperos saludan el hecho y auguran mejores tiempos con el regreso de Andrade a su curul, en otros sectores el pesimismo domina.
A los primeros, no les falta razón, pues significa que ahora el Huila tendrá una voz más que vele por los intereses de la región, es decir se podría decir que habrá más representatividad. Y eso, digan lo que digan, pesa, al menos políticamente.
Sin embargo, otras cosas bien distintas piensan los opositores quienes no ven con buenos ojos el regreso de Esperanza Andrade al Congreso, pues la ven como una más que solo llega a calentar puesto y a cobrar, claro.
Esperanza Andrade jura que va a seguir los lineamientos de su Partido, pero en el Huila hay muchos que no le tienen fe, pues sostienen que al final va a terminar haciéndole ojitos al gobierno de Petro.
Y no les falta razón si se tiene en cuenta que en el Partido Conservador hay un ala que está apoyando, por debajo de la mesa los proyectos que viene presentando el gobierno. Por otro lado está su jefe máximo, el presidente del Congreso, Efraín Cepeda, férreo opositor, pero porque Petro se metió con él.
Con todo, solo el tiempo dirá qué sucederá con la gestión de Andrade porque al menos en el departamento, lo que se espera es mucho dadas las circunstancias de inseguridad y falta de inversión que viene sufriendo la región, en estos dos años y medio de Petro.
A ver qué se dice
En medio de tantas opiniones divididas sobre el particular, hay quienes creen que en efecto, Esperanza Andrade actuará bajo los lineamientos de su colectividad. “Va a actuar, como ya lo ha dicho, a nombre de su partido y bajo su orientación. En un momento de la historia en el que los partidos políticos han perdido identidad ideológica y política, por el bien de esa organización y del país, esperamos que sus actuaciones se ciñan a los principios que históricamente ha representado”, señala el economista y analista político, Carlos Tobar.
Pero Esperanza Andrade no cuenta con la aprobación unánime de los miembros de su partido en el Huila, pues no han faltado las voces disonantes de quienes afirman que el retorno de la líder política al Congreso pasará sin pena ni gloria, aunque reconocen que de una u otra manera es bueno para el departamento.
Los Andrade son cómodos, aseguran algunos, y pueden terminar siendo petristas, pues no se puede olvidar que Hernán está aspirando nuevamente al Senado.
Más allá, también es cierto que no caería nada mal para el Huila que Esperanza uniera su voz a la de Carlos Julio González y Julio César Triana con el fin de llamar la atención del Gobierno Nacional frente a la ola de inseguridad y el regreso del accionar de la guerrilla en el departamento.
“Si Esperanza hiciera verdadera oposición, seguro reivindicaría al Partido que se encuentra tan resquebrajado en el Huila”, sostienen algunos de sus copartidarios.
Los más pesimistas se enranchan en sostener que Esperanza lo que hará es trabajar, pero para asegurar los votos para su hermano Hernán, quien está en plena campaña, en busca de lograr un escaño en el Senado.
Mientras tanto, otros de sus adversarios han preferido guardar silencio y tragarse el sapo porque después de todo, en política, nunca se sabe cuándo se encontrarán en el camino y puede que la lleguen a necesitar.
Asì las cosas, ahora solo queda esperar, pues no cabe duda de que esta es una oportunidad de oro para el conservatismo huilense y Esperanza Andrade tiene mucho por hacer. La pregunta es si ella está consciente de ello.