Neiva regresa a primera categoría en 2026: Análisis de una recuperación fiscal necesaria

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Una lección sobre el manejo responsable de los recursos públicos y los costos de la mala administración

La capital del Huila vivirá en 2026 el retorno a una condición que históricamente había mantenido: ser municipio de primera categoría. Este hecho, que podría verse como una simple formalidad administrativa, refleja en realidad una compleja historia de irresponsabilidad fiscal, recuperación y las consecuencias reales que las decisiones de gobierno tienen sobre la vida de los ciudadanos.

¿Qué significa ser municipio de primera categoría?

Para entender la importancia de esta noticia, debemos explicar qué implica la categorización municipal en Colombia. Imaginen las categorías municipales como divisiones en el fútbol: así como un equipo de primera división tiene más recursos, mejor infraestructura y mayores oportunidades que uno de segunda, los municipios también se clasifican según su capacidad financiera y administrativa.

La Ley 617 de 2000 establece que para ser de primera categoría, un municipio debe cumplir dos requisitos básicos: tener entre 100.001 y 500.000 habitantes, y generar ingresos anuales entre 100.000 y 400.000 salarios mínimos. Pero hay una regla fundamental: no puede gastar más del 65% de sus ingresos libres en funcionamiento (sueldos, oficinas, servicios básicos).

Es como el presupuesto familiar: si una familia gana $3 millones mensuales, no debería gastar más de $1.95 millones en gastos fijos como arriendo, servicios y alimentación, dejando el resto para inversiones, ahorros y emergencias.

La caída: cuando los gastos superaron los ingresos

En 2023, durante el último año de gobierno de Gorky Muñoz, Neiva cometió un error costoso: gastó el 67.17% de sus ingresos libres en funcionamiento, superando por más de dos puntos el límite permitido. Esto equivale a que nuestra familia ejemplo hubiera gastado $2.01 millones en lugar de los $1.95 millones permitidos.

¿Qué causó este desbordamiento?:

  • Expansión descontrolada de personal: La administración contrató aproximadamente 2.600 funcionarios cuando la capacidad real era para 1.500
  • Salarios desproporcionados: Se implementaron aumentos superiores al 20% mediante la “globalización” de gastos de representación
  • Mala planificación: Se trasladaron $6.000 millones destinados a inversión para cubrir gastos de funcionamiento
  • Errores en proyección: Fallaron en calcular correctamente los ingresos esperados

El resultado fue un déficit fiscal de $89.000 millones, una cifra que representa aproximadamente el 54% del presupuesto anual de funcionamiento del municipio.

Las consecuencias reales de perder categoría

Cuando un municipio pierde su categoría, las consecuencias van más allá de los números:

Impacto económico:

  • Menor acceso a recursos del gobierno nacional
  • Dificultades para conseguir créditos en condiciones favorables
  • Reducción de la capacidad de inversión en obras públicas
  • Pérdida de atractivo para la inversión privada

Impacto social:

  • Limitaciones para contratar profesionales altamente calificados
  • Menor capacidad para desarrollar proyectos de infraestructura
  • Reducción en la prestación de servicios públicos
  • Deterioro de la confianza ciudadana en las instituciones

La recuperación: un plan de saneamiento necesario

La administración de Germán Casagua implementó en 2024 un programa de saneamiento fiscal que logró reducir los gastos de funcionamiento al 59.67%, cumpliendo nuevamente con la normativa legal. Las medidas incluyeron:

Medidas de ajuste:

  • Reducción de personal innecesario
  • Eliminación de cargos redundantes
  • Optimización del consumo de servicios públicos
  • Reestructuración administrativa integral

Mejoras en ingresos:

  • Actualización del estatuto tributario
  • Campañas de cultura tributaria
  • Mejoramiento en los sistemas de recaudo
  • Fiscalización más efectiva

Los resultados fueron evidentes: mientras los gastos de funcionamiento bajaron a $106.851 millones, los ingresos corrientes aumentaron a $179.069 millones.

Esta recuperación fiscal no es el fin del camino, sino el inicio de una nueva etapa que debe caracterizarse por la responsabilidad, la transparencia y el compromiso genuino con el bienestar de los neivanos.

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