Las lágrimas de Leyla Rincón

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Grupo de personas y una sentada de frente con sombrero y camiseta blanca

Neiva

Han pasado ya varios días desde que la profesora Leyla Rincón dejó definitivamente su curul como concejala de Neiva, en medio de una tormenta originada por cuenta del accidentado proceso de elección  del próximo Contralor Municipal de la ciudad.

Sin embargo, es claro que la dirigente política no ha podido pasar la página, aún le duele lo sucedido y así lo dejó ver durante la rueda de prensa que ofreció en la que entregó información sobre lo ocurrido en el Concejo. Aunque se esforzó por mantenerse serena, a la profe Leyla  le ganaron en varios momentos los sentimientos hasta el punto de llegar a las lágrimas. Lloró por varias razones. Por dejar la corporación, pero también porque no terminó con el encargo que le hicieran sus electores, esos que siempre han creído en ella.

La profesora Leyla se presentó en el sitio acordado, acompañada de varios seguidores suyos y por supuesto del equipo que estuvo con ella desde el principio, cuando comenzó su carrera política en el Concejo de Neiva. Llegó tranquila, sonriente pero también nerviosa, eso era evidente.

Pero finalmente, tomó aire, se sentó frente a todos y comenzó a leer un documento que contenía detalles de su versión sobre de lo que pasó siendo ella presidenta (e) de la mesa directiva del Concejo.

Dijo que su decisión de renunciar no fue tomada a la ligera, sin pensarlo, por el contrario, insistió en que se basó en varias situaciones que no le gustaron y  le hicieron pensar que algo se estaba fraguando en su contra.

Habló del momento en que ella decidió renunciar a su dignidad de presidenta pero nadie quiso presentarse a tomar su lugar. “El reglamento establece un plazo de tres días para nombrar el presidente, pasaron diez fechas y eso me empezó a generar muchos pensamientos  porque ni un solo concejal lo asumía pero la gran mayoría estaba presionando para que revocara el proceso”, relató.

Agregó que precisamente para evitar suspicacias sobre su actuación en el proceso de convocatoria de la universidad, generó un espacio para que todos los concejales fueran a ver por sí mismos y revisaran los documentos pero, según dijo, nadie le prestó atención, ninguno fue. Pese a ello les hizo enviar la información para que todo quedara claro porque no quería reclamos posteriores, sin argumentos.

Por eso, explicó que acudió a la Procuraduría para pedir acompañamiento, y en efecto, la respuesta del órgano de control fue que era imperativo cubrir o resolver el tema de la mesa directiva a la que ella quería renunciar.

Las quejas de la ‘profe’

No es todo, la profesora y hoy ex concejala, no vaciló en afirmar que durante los días en que se debatía el tema de la selección de la institución que escogerá la terna de candidatos a la Contraloría Municipal, escuchó muchos rumores según los cuales, había una inclinación para que se escogiera a la Universidad de San Buena Ventura y no la Distrital.

A esos rumores, Leyla Rincón le suma otros detalles que según ella, le gustaron menos como el supuesto cambio de parecer del concejal Jorge Morán, quien hacía parte de la mesa directiva. “En principio me dijo, profesora esto lo vamos a hacer de manera transparente pero luego cambió de postura”, dijo.

Incluso, sostuvo que hubo momentos en los que sintió que su dignidad como presidenta de la mesa directiva solo fue para dirigir una sesión pero no tenía acceso al recurso humano y sus órdenes no eran tenidas en cuenta, no se ejecutaban.

Se quejó de que cuando quiso adelantar un debate de control político al Secretario de Movilidad, hubo un supuesto olvido para citarlo en la fecha que ella lo había solicitado. Por eso, la profesora Leyla sostiene que en el Concejo nunca tuvo una sola persona de su entera confianza.

A estas alturas, para ella, su salida del Concejo significa que  la tormenta ha comenzado a pasar, se siente más tranquila y hasta libre, añade. Es que según dice, en el Concejo se sentía atada y enfrentando un desgaste diario que la cansó.

Para nadie es secreto que Leyla Rincón aspira a hacer parte de la lista a la Cámara de Representantes por la Colombia Humana pero sostiene que sobre el tema aún no hay una decisión tomada. Cuando se le pregunta sobre el particular, responde que primero debe salir de todo el lío de la corporación, y explicarle a sus electores  que optó por renunciar porque sintió que estaba en peligro su seguridad jurídica.   

Ahora, asegura la ex concejala, continuará con su trabajo con el  medio ambiente y siguiéndole la pista a temas pendientes como la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales de la ciudad. Pero también aprovechó para pedirle a los ciudadanos que hagan veeduría al trabajo de los concejales.

Vuelve a quebrársele la voz cuando se le pregunta si se va decepcionada. Por el contrario, asegura, “me voy orgullosa porque creo que dejé un buen mensaje entre los jóvenes”.

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