Panorama cafetero, tan negro como una tasa de café

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Rama de café con frutos maduros y verdes

Los precios desmedidos de los agroinsuimos tienen a los cafeteros en verdaderos apuros, pese a que el precio de referencia está en $1’805.000. El cafetero de a pie está ahora más pobre, según analistas. 

Neiva

Quien piense que el alto precio de referencia que en este momento se registra para una carga de 125 kilos de café colombiano, es lo máximo que les ha podido pasar a los cafeteros, está muy equivocado. Ayer, la cifra alcanzó el $1’805.000 pero realmente eso, ¿qué significa?

A primera vista podría decirse que se trata de una bonanza nunca antes vista para los cultivadores de café, que por fin saldrán de la crisis, pero no hay tal. Los caficultores están pasando las verdes y las maduras, cuando no debería ser así.

Resulta que, si ese alto precio de referencia verdaderamente estuviera beneficiando a los caficultores, pues el panorama sería distinto, pero qué va, la situación sigue de mal en peor para ellos mientras solo unos pocos son los que están recibiendo el beneficio.

Al menos en el departamento del Huila donde se cultiva uno de los mejores cafés del mundo, la cosa no pinta nada bien y en este momento da lo mismo que haya alto precio o no. La explicación no es complicada.

Las condiciones climáticas negativas (las famosas heladas) que vive en este momento Brasil, primer productor de café en el mundo, lo que ha impedido que se dé allí un correcto cultivo, una buena cotización en el mercado internacional y la devaluación del peso frente al dólar serían según los expertos, las principales causas del alza.

Sin embargo, lejos de beneficiar a los caficultores, lo que viene ocurriendo es que éstos siguen endeudados, sin plata y muchos de ellos, con serios problemas de salud por cuenta del Covid que les impide trabajar al cien.

Unas Por otras

Se estima que en el departamento del Huila hay unas 82.000 familias que viven de la caficultura que esperaban que las cosas mejoraran con esta oleada de precios súper buenos. Pero por el contrario, lo que pasó fue que de manera inesperada los costos de los insumos también se dispararon. “Se pusieron a subir todos los días. Los abonos están incomprables”, asegura Octavio Oliveros, dirigente cafetero.

Asegura que un bulto de abono, el sulfato de amonio que costaba $50.000 ahora está en $95.000 mientras que el cloruro de potasio subió de $70.000 hasta $140.000; la urea pasó de $70.000 a $150.000   y eso que según el Dane, se trata de precios del mes de agosto. Lo más grave, según Oliveros, es que todo indica que para el mes de noviembre se espera otra alza.

Ah pero eso sí a los que les está yendo bien, según Oliveros es a la Federación Nacional de Cafeteros. “Con un dólar tan caro están cobrando un centavo de dólar por cada libra de café exportada, les está llegando mucha plata. Pero si usted me pregunta qué han hecho por los caficultores, en especial en esta pandemia,  pues nada, empezando aquí por el Huila”, añade Oliveros.       

Es que a decir no solo de Oliveros, sino de otros cafeteros, ni siquiera en lo duro de la pandemia, la Federación ayudó en lo mínimo para elementos de bioseguridad con los caficultores o pedagogía. De hecho, muchos campesinos resultaron contagiados por el Covid 19 y murieron mientras que otros todavía se recuperan del virus.

Y mucho menos parece que se pudiera hacer con el alza indiscriminada de precios de los agroinsumos, pues mientras el gobierno asegura que hay una libertad vigilada lo cierto es que para los cafeteros, todo indica otra cosa.

“El gobierno, tardíamente, dice que va a presentar un proyecto de ley dizque para controlar, crear un fondo, pero eso es un saludo a la bandera porque el problema es de fondo. Primero, una hay una política de Estado para el campo, estamos por cuenta de las multinacionales  y la disculpa que sacan es que como la mayoría de los agroinsumos son importados al precio del dólar, por eso vienen a un costo muy alto. No tenemos subsidios como el caso de Ecuador o Perú”, explica Oliveros.

Pero para Ricardo López, representante de Asembrar, el tema es más complejo si se tiene en cuenta que los caficultores cargan con una crisis desde hace unos siete años lo que hizo que hace cuatro, se registrara varias movilizaciones. Y si se analiza que más de la mitad de las 82.000 familias cafeteras en el Huila tienen deudas pendientes con los bancos, pues el boom que se pinta en este momento no es tal.

Hay más

Pero para Ricardo López, representante de Asembrar, el tema es más complejo si se tiene en cuenta que los caficultores cargan con una crisis desde hace unos siete años lo que hizo que hace cuatro, se registrara varias movilizaciones. Y si se analiza que más de la mitad de las 82.000 familias cafeteras en el Huila tienen deudas pendientes con los bancos, pues el boom que se pinta en este momento no es tal.

“Pero hay más. Hay un factor en el mundo que está afectando el tema de los agroinsumos porque con el tema de la pandemia los contenedores donde se moviliza la carga están regados por todo el mundo y eso ha hecho que no se pueda movilizar mucha carga. Además, el tema del gas y el combustible en Europa por el tema del consumo  está absolutamente disparado en precios y las principales plantas donde se producen productos como el R15 y otros que consumimos en Colombia están produciendo al 40 por ciento y hay dos plantas que por efectos de política e intervención de los Estados Unidos, en Bielorrusia, están cerradas”, precisa López.

En ese orden de ideas, añade, por eso, todas las semanas se incrementa en cinco, siete u ocho por ciento el precio de los agroinsumos y por ende lo demás. Es decir, que ahora mismo producir una carga de café está costando entre $1’100.000 y $1’200.000.

Como si fuera poco, advierte López que las cooperativas están en crisis debido a que en 2019 muchos cafeteros anunciaron café a un determinado precio y realmente llegó a mucho más. Ante esta situación, pues los cafeteros no iban a entregar  producto más barato cuando había una cifra más alta.

Lo malo es que los cafeteros habían firmado unos contratos a futuro y por tanto el paso siguiente es que la cooperativa ejecuta. Y eso, se ha convertido en un grave problema para el caficultor involucrado, pues había un compromiso y ahora tiene que responder.

Es por eso que este ‘boom’ de los precios altos pues no favorecen realmente al cafetero de a pie, porque está endeudado, no tiene seguridad social, ni dinero para educar a los hijos, y todo indicaría que al menos por ahora no hay asomo de solución alguna, vía gobierno.

Pero aquí en el Huila, las cosas podrían ser diferentes si hubiera otras opciones. Ricardo López, recuerda que el actual gobernador Luis Enrique Dussán prometió en campaña la construcción de varias plantas de fertilizantes, pero no cree que se pueda  cumplir.  Es decir que, el panorama para los caficultores sigue siendo tan oscuro como una tasa de café.

“El gobierno, tardíamente, dice que va a presentar un proyecto de ley dizque para controlar, crear un fondo, pero eso es un saludo a la bandera porque el problema es de fondo. Primero, una hay una política de Estado para el campo, estamos por cuenta de las multinacionales  y la disculpa que sacan es que como la mayoría de los agroinsumos son importados al precio del dólar, por eso vienen a un costo muy alto. No tenemos subsidios como el caso de Ecuador o Perú”, explica Oliveros.

Los que sí ganan

En cambio sí les está yendo bien a los grandes exportadores, quienes según Oliveros, han acaparado el grano pero el pequeño cultivador así como el mediano venden día a día. “Los que se han enriquecido han sido las multinacionales y los intermediarios. Es que con una libra de café en el exterior  nos pagan aquí una carga que tiene 160 libras, o sea que a la multinacional y al exportador les quedan 159 libras para que se enriquezcan a costa de la pobreza del productor”, afirma el líder cafetero.

Según el ex representante Orlando Beltrán, los cafeteros además están pagando créditos agropecuarios más caros porque no hay tasa subsidiada como en otros países. “La comercialización del café nuestro es buena si se pone en el exterior. El q le compra el café al campesino es el q está ganando. Está situación es cíclica, una, dos cosechas y abajo de nuevo porque la  Federación Nacional de Cafeteros carece de política de mercadeo en el exterior. El 99 por ciento son intermediarios, entonces el que  menos gana es el productor”, afirma.

De ahí que para Beltrán, la mayoría de ingresos de la Federación se va en burocracia y se invierte en  poca investigación.

Por su lado, Javier Sanjuan, productor de café laboyano advierte que como si no fuera suficiente con lo que están pagando los caficultores por los insumos, ahora también la mano de obra está por las nubes, como consecuencia del precio de referencia del café.

“Los trabajadores dicen que como el café está caro, pues ellos cobran caro y no saben que ahora estamos peor porque los precios de los fertilizantes están más caros. A veces se dice que el precio del café está alto pero si uno analiza, estamos en nada”, dice Sanjuan.

Y razón no le falta, pues según Octavio Oliveros, en este momento, aunque parezca increíble la mano de obra está escasa.  Es que al parecer muchos prefieren dedicarse al mototaxismo o esperar ser contratados en otras actividades.

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